(La Gaceta, España, 2008-04-23)
El desarrollo material del último medio siglo ha traído un espectacular
progreso en salud. La mejora de la higiene, la alimentación y la asistencia
sanitaria ha dado sonadas victorias contra las infecciones, que en otros
tiempos provocaban gran mortandad. Pero en los últimos años se observa una
excepción en el retroceso general de las infecciones: la expansión de
enfermedades de transmisión sexual (ETS), precisamente porque van unidas a
un estilo de vida.
Como señala un estudio publicado la semana pasada en la revista The Lancet
Infectious Diseases, "desde 1996, la sífilis se ha extendido en muchos
países de Europa". También da la voz de alarma un estudio de los Centros
para el Control de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, presentado en el
último Congreso Nacional sobre Prevención de ETS (Chicago, 10-13 de marzo).
Según se deduce de una encuesta de salud, el 40% de las chicas
norteamericanas de 14-19 años que declaran tener relaciones sexuales ha
contraído alguna de las ETS más comunes (virus del papiloma humano,
clamidia, herpes genital y tricomoniasis). Las chicas infectadas (unos 3,2
millones) son el 26% de las de su edad, lo que invita a suponer que la
mayoría ha tenido contactos sexuales. El 15% del total padece dos o más de
esas infecciones.
Las jóvenes de 15-19 años, seguidas a corta distancia por las de 20-24,
presentan la mayor prevalencia de clamidia, con gran diferencia sobre los
demás grupos de edad, según las estadísticas de los CDC relativas a 2006.
Estos mismos datos muestran que esta y otras ETS experimentan un repunte
últimamente. El mayor aumento, sin interrupción desde 2001, es el de la
sífilis, registrado en su mayor parte entre hombres homosexuales. La
incidencia de la sífilis se considera un buen indicador de promiscuidad
sexual y también de propagación del sida, pues facilita la transmisión del
VIH.
Se estima que la probabilidad de convertirse en seropositivo se multiplica
por cinco si existe una infección previa de sífilis. De hecho, en Estados
Unidos ya se observa un nuevo aumento de las infecciones con el VIH en los
homosexuales.
En España, las estadísticas del Ministerio de Sanidad revelan igualmente un
ascenso de las ETS desde el cambio de siglo, después de una considerable
reducción en la década anterior. Los casos de sífilis pasaron de 1,77 por
100.000 habitantes en 2000 a 4,31 en 2006; los de gonorrea, de 2,65 a 3,59
en el mismo periodo.
El desarrollo material del último medio siglo ha traído un espectacular
progreso en salud. La mejora de la higiene, la alimentación y la asistencia
sanitaria ha dado sonadas victorias contra las infecciones, que en otros
tiempos provocaban gran mortandad. Pero en los últimos años se observa una
excepción en el retroceso general de las infecciones: la expansión de
enfermedades de transmisión sexual (ETS), precisamente porque van unidas a
un estilo de vida.
Como señala un estudio publicado la semana pasada en la revista The Lancet
Infectious Diseases, "desde 1996, la sífilis se ha extendido en muchos
países de Europa". También da la voz de alarma un estudio de los Centros
para el Control de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, presentado en el
último Congreso Nacional sobre Prevención de ETS (Chicago, 10-13 de marzo).
Según se deduce de una encuesta de salud, el 40% de las chicas
norteamericanas de 14-19 años que declaran tener relaciones sexuales ha
contraído alguna de las ETS más comunes (virus del papiloma humano,
clamidia, herpes genital y tricomoniasis). Las chicas infectadas (unos 3,2
millones) son el 26% de las de su edad, lo que invita a suponer que la
mayoría ha tenido contactos sexuales. El 15% del total padece dos o más de
esas infecciones.
Las jóvenes de 15-19 años, seguidas a corta distancia por las de 20-24,
presentan la mayor prevalencia de clamidia, con gran diferencia sobre los
demás grupos de edad, según las estadísticas de los CDC relativas a 2006.
Estos mismos datos muestran que esta y otras ETS experimentan un repunte
últimamente. El mayor aumento, sin interrupción desde 2001, es el de la
sífilis, registrado en su mayor parte entre hombres homosexuales. La
incidencia de la sífilis se considera un buen indicador de promiscuidad
sexual y también de propagación del sida, pues facilita la transmisión del
VIH.
Se estima que la probabilidad de convertirse en seropositivo se multiplica
por cinco si existe una infección previa de sífilis. De hecho, en Estados
Unidos ya se observa un nuevo aumento de las infecciones con el VIH en los
homosexuales.
En España, las estadísticas del Ministerio de Sanidad revelan igualmente un
ascenso de las ETS desde el cambio de siglo, después de una considerable
reducción en la década anterior. Los casos de sífilis pasaron de 1,77 por
100.000 habitantes en 2000 a 4,31 en 2006; los de gonorrea, de 2,65 a 3,59
en el mismo periodo.
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