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miércoles, 18 de junio de 2008

La Santa Sede y los obispos españoles salvaron miles de vidas republicanas tras la guerra civil española

Entrevista al sacerdote e historiador Vicente Cárcel Ortí

ROMA, lunes, 26 mayo 2008 (ZENIT.org).- El Papa pío XI y los obispos
españoles intercedieron ante Franco por miles de republicanos condenados a
muerte y lograron salvarles la vida, según el sacerdote e historiador
valenciano Vicente Cárcel Ortí, autor de dos recientes libros (uno a punto
de ser publicado) sobre la postura de la Iglesia ante el conflicto español.

Ambas obras ("Caídos, víctimas y mártires", editado por Espasa-Calpe, y "Pío
XI entre la República y Franco", próximamente editado por la BAC) son el
resultado de una larga investigación en el Archivo Secreto Vaticano, y
aporta documentos inéditos que, según el autor, "desmienten muchos tópicos y
mitos de la más dramática década de la Historia de España en el siglo XX".

--En una entrevista reciente a la agencia "Avan", usted relataba el caso de
monseñor Olaechea, arzobispo de Valencia, que intercedió por miles de
encarcelados en el Fuerte de San Cristóbal (Navarra). ¿Fue un caso singular?

--Vicente Cárcel: No; la noticia se centraba en el arzobispo Olaechea porque
se dirigía a un público valenciano, pero la investigación no se limita a él,
sino que habla de muchos más. He investigado mucho sobre Pío XI, sobre el
cardenal Pacelli, sobre los nuncios y sobre varios obispos, y entre ellos
está Olaechea. Esto aparece en el libro que yo acabo de publicar y al que le
dedico un capítulo, pero hay muchos capítulos, es un libro muy voluminoso en
el que hablo de muchos temas.

Lo que hizo Olaechea, toda su labor de intervenir para salvar condenados y
gente que iban a ejecutar por motivos políticos, no sólo lo hizo él sino que
lo hicieron muchos más. Casos concretos de personas concretas con nombres y
apellidos no puedo referir, porque he estudiado miles de casos. Los casos
concretos no se pueden estudiar porque se refieren al pontificado de Pío
XII, y esa documentación todavía no se puede consultar en el Vaticano. Los
casos concretos de los que hablo en mi libro se refieren al periodo de la
guerra, entre 1936 y 1939, y se refieren a personas sencillas, trabajadores,
padres de familia, etc. por los que el Papa y los obispos interceden ante
Franco para que no sean ejecutados.

Lo que queda de manifiesto es la intervención que tuvo la Santa Sede para
mitigar las penas de la guerra y para impedir que ésta prosiguiera. Don
Marcelino Olaechea intervino a favor de más de 2.000 personas, yo tengo la
lista con nombres y apellidos.

--Usted que ha estudiado ese periodo muy a fondo, tras la persecución
religiosa y a punto de ganar Franco, ¿cuál es la posición de la Iglesia
española? ¿Se justifica la tradicional acusación de que la Iglesia estaba
alineada con el Alzamiento?

--Vicente Cárcel: Esa acusación es completamente falsa. La Santa Sede tardó
dos años en reconocer el régimen de Franco, desde que estalla la guerra en
1936, y mantuvo relaciones diplomáticas con la República hasta 1938. Por
tanto, la acusación de que la Iglesia estaba con Franco desde el principio
es históricamente falsa. Respecto a los obispos españoles, tardaron un año
en reconocer el levantamiento militar, y hasta prácticamente el final de la
guerra no hubo un reconocimiento oficial completo por parte de la Santa
Sede.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que en esos momentos nadie sabía cómo
iba a ser ese régimen ni cuantos años iba a durar, ahora sabemos que duró
cuarenta años, pero eso lo sabemos ahora. Según los documentos que he
estudiado en el Vaticano, en el año '36 nadie sabía cómo iba a terminar
aquello. Por eso la Santa Sede tardó bastante en reconocer a Franco y siguió
reconociendo a la República hasta casi el final de la guerra. Cuando se vio
que la guerra estaba perdida y que todas las naciones empezaban a reconocer
al régimen de Franco, entonces la Santa Sede lo hizo también.

En medio de todo esto hubo una serie de gestiones particulares, personales,
muy discretas, casi secretas en muchos casos, ante Franco y los militares
para impedir que se ejecutara a tanta gente sólo por motivos políticos, y
que se liberen las cárceles o que se reduzcan las penas, porque entonces se
hacían procesos militares, y esa es la documentación que yo doy a conocer en
mi libro. Precisamente, la novedad de mi investigación es que aporta
documentos del archivo vaticano que demuestran que la Santa Sede estuvo
siempre en contra de la guerra, el Papa hizo todo lo posible para evitar la
guerra, para limitar los daños de la guerra, y cuando no le hacían caso a
sus peticiones de tregua, de amnistías, etc. hizo lo único que podía hacer,
que era pedir clemencia para los condenados a muerte. Esa es la tesis
fundamental del libro.

En algún caso concreto, el Papa pidió clemencia, y cuando la petición llegó
al reo ya se le había ejecutado. Hubo el caso, por ejemplo, de un político
catalán, perteneciente al partido "Unió Democrática de Catalunya" (el
partido que hoy forma parte de "Convergencia i Unió"). Este político era
católico, padre de cinco hijos. El Papa intercedió por él, pero cuando la
petición llegó este hombre ya había sido ejecutado. Son casos que yo
documento. Además, la intervención del Papa se produjo a favor sobre todo de
personas humildes, no de grandes personalidades republicanas.

--Usted dice que el Papa Pío XI hizo lo que pudo para que la guerra
terminara. ¿Qué tipo de gestiones realizó?

--Vicente Cárcel: Hizo varias gestiones, para impedir que estallara la
guerra, para mediar entre Franco y los republicanos para que cesaran las
hostilidades, pero los llamamientos del Papa no fueron escuchados por nadie.
Aún al final, en la Navidad de 1938 (la guerra acabó en marzo del 39), el
Papa hizo personalmente un llamamiento a la paz a Franco, y éste le contestó
que una guerra era una guerra y que sólo podía terminar con la victoria de
uno y la derrota de otro, y que por consiguiente cualquier tregua o
interrupción sólo iba a servir para alargar el sufrimiento.

Todo esto, que reseño aquí brevemente, está documentado en el libro con
muchos textos y datos.

--La persecución religiosa ¿se produjo sólo en la República o hubo también
algún caso en la parte nacional, como defienden algunos?

--Vicente Cárcel: No, la persecución religiosa se produjo exclusivamente en
la parte republicana. En la parte franquista hubo represión política, pero
esto no tiene nada que ver con la persecución religiosa. Ésta tiene unas
notas muy claras: destrucción de templos, de imágenes sagradas, asesinato de
sacerdotes, monjas y seglares por el hecho de ser católicos, por odio a la
fe. La represión política, que es otra cosa, se dio en ambos bandos.

--La Santa Sede, ¿sabía lo que estaba pasando en España con la persecución
religiosa, a pesar de mantener el reconocimiento al Gobierno Republicano?

--Vicente Cárcel: La Santa Sede tenía perfecto conocimiento de lo que estaba
pasando en un lado y en otro, y el Papa estaba horrorizado de los excesos de
ambos bandos. En aquel momento, ante los dos males, el Papa eligió el mal
menor, que entonces era Franco, porque salvó a la Iglesia de la persecución,
aunque como político reprimió a los que eran del bando contrario
(exactamente igual que hacían los republicanos, por otro lado). En mi libro
yo documento precisamente la angustia del Papa que no sabe qué hacer, porque
ve que en ambos lados hay represalias políticas. El Papa por un lado quería
reconocer la legalidad republicana (aunque esa legalidad es cuestionable en
cuanto se produce la revolución comunista interna), y por eso tarda tanto en
reconocer a Franco.

En mi libro (el que aún no se ha publicado) se describe el proceso día a
día: las preocupaciones del Papa, sus peticiones a Franco para que cesen las
represalias, sus dudas al ver que era apoyado por Hitler y Mussolini, cuyas
doctrinas la Iglesia consideraba paganas, etc. Al final, el Papa tuvo que
optar por uno u otro, y está claro que no podía ponerse del lado de los que
perseguían a la Iglesia. Además, otra cosa que no se dice es que en aquellos
días el nuevo régimen fue reconocido por todos: Estados Unidos, Francia,
Inglaterra... casi todo el mundo apoyaba a Franco en esos momentos.

--Al margen de la actuación de monseñor Olaechea, ¿cuál fue la postura del
resto de los prelados españoles al terminar la guerra?

--Vicente Cárcel: Tanto antes como durante como después de la guerra, los
obispos españoles (como muestran todos los documentos, en el Vaticano y en
España) en sus intervenciones buscaban dos cosas: la reconciliación y la
paz. La reconciliación era muy difícil de conseguir porque España estaba
dividida en dos, y la paz se consiguió por las armas. Después de la guerra,
los obispos trabajaron intensamente por la reconciliación, empezando por el
cardenal Gomá, y los frutos de esa labor han llegado hasta nuestros días.
Las cartas pastorales de aquellos años están ahí. Pero además hubo una serie
de actuaciones concretas a favor de miles de personas detenidas, que las
investigaciones están sacando ahora a la luz, y más que aparecerán en los
próximos años.

--Si eso es lo que se sabe respecto al pontificado de Pío XI, ¿qué pasará
cuando se abra el archivo del pontificado de Pío XII?

--Vicente Cárcel: Ésa es la cuestión. Yo he podido consultar los índices de
los archivos de ese pontificado, y en ellos hay muchas actuaciones de la
Santa Sede ante el régimen de Franco a favor de detenidos políticos, pero
aún no podemos acceder al contenido de los documentos. La investigación es
lenta, poco a poco se van reconstruyendo los hechos. ¿No querían memoria
histórica? Pues aquí tienen, esto es la memoria histórica, los hechos.

--¿Por qué cree usted que no se le está reconociendo esa labor a la Iglesia?

--Vicente Cárcel: Sencillamente por una manipulación política, por una
ideología. La Iglesia tiene que ser siempre atacada y criticada en todo lo
que haga. Si hace cosas positivas hay que ocultarlas, y si hace cosas
negativas hay que ponerlas de relieve. Se subraya que la Iglesia apoyó a
Franco (pero insisto, ¿a quién podía apoyar en ese momento?) y se olvida de
esa obra de reconciliación. ¡En los años '30, nadie ni en la Iglesia ni
fuera de ella sabía que iba a ser un régimen militar que duraría 40 años!
Eso se sabe ahora. Por tanto, juzgar las actuaciones de entonces con los
conocimientos de ahora es absurdo.

Por Inmaculada Álvarez


1 comentario:

Anónimo dijo...

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